miércoles, 12 de junio de 2013

LA EXTRAÑA DIETA DE MARILYN MONROE

Allá por 1952, Marilyn Monroe concedió una entrevista a la publicación Pageant y dio detalles sobre su dieta. Se trataba de una curiosa rutina alimentaria. Incluso, una periodista de Estados Unidos se esforzó por seguirla… Aunque sin éxito. “Me han dicho que mis hábitos al comer son absolutamente bizarros”, confesó en la nota la diva, que en ese momento tenía 26 años. “Pero no creo que sea así”, lanzó aunque su régimen era llamativo en su época y totalmente desaconsejado en la nuestra. ¿Qué comía la rubia más deseada? Arranquemos por el desayuno: huevos crudos batidos en leche tibia. "Empiezo por calentar una taza de leche. Cuando está tibia, rompo dos huevos en la leche, los bato con un tenedor y me lo voy bebiendo mientras me visto. Lo suplemento con una pastilla de multivitaminas", contó. En esa época se creía que los huevos mantenían más proteínas crudos que cocidos, de ahí las virtudes que la actriz asociaba a su primer comida del día. "Dudo que algún doctor recomiende un desayuno más saludable para una chica con apuro", dijo en la entrevista. Luego vendría el momento del almuerzo, pero no: Marilyn se lo salteaba. Un mal hábito que, hoy en día, sería rechazado por cualquier especialista. "Dejar de hacer alguna de las comidas principales o las colaciones (entre comidas) no contribuye a la pérdida de peso, todo lo contrario. Mejor, organizarlas con una diferencia horaria de hasta tres horas entre una y otra. Permite que el metabolismo trabaje parejo a lo largo del día, queme más calorías y se logre regular el nivel de hambre". Ahora sí, el momento de la cena. "Cada noche paso por el mercado y me compro un filete de ternera, cordero o un poco de hígado. Lo caliento en el horno eléctrico de mi habitación. Normalmente como cuatro o cinco zanahorias crudas con la carne. Debo tener algo de conejo porque nunca me canso de las zanahorias crudas", contó. También se daba algunos gustos, en especial al momento del postre. "Menos mal que como poco durante el día, porque tengo el hábito de parar en la heladería y me compro un 'hot fudge sundae' (helado, frutas secas, crema, chocolate caliente y agregados) cuando vuelvo de mis clases nocturnas de arte dramático", reconoció. “Estoy segura de que puedo permitirme este capricho, ya que mi dieta está compuesta casi totalmente de proteínas”, agregó la rubia. ¿Y qué hay con el deporte? Contó que solía hacer pesas hasta que se cansó. "No puedo soportar que se convierta en una obligación", dijo, aunque agregó que hacía "ejercicios para fortalecer el busto".Imitarla… Y morir en el intento

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